EDITORIAL DEL DIRECTOR DE LA GAZETA –

Andaré en la huella/siguiendo una estrella,/que aunque esté muy alta/yo sé que un día la he de alcanzar. …(Guitarras de Medianoche, Horacio Guarany.)

 Estas elecciones han sido un censo de posiciones , y desde ese domingo sabemos  quiénes somos y donde vivimos los argentinos mayores de edad con decisión  de ciudadanía.

Sabemos también  la orientación fundamental de nuestras opciones por el  desarrollo  en paz y concordia que colectivamente queremos, más allá de nuestras  diferencias  de método o adscripciones.

Han quedado contabilizados, también, los escasos márgenes  de  los pregoneros de la violencia sea  patotera o aún peor.

Cabe de acá en más exigir a los líderes electos que se pongan de buena fe,  sin vueltas, chicanas ni demoras, según los medios y  límites de la hora,  al frente de la marcha de todos , para hacer  reales para nosotros y nuestra posteridad las promesas expresadas en  nuestros acuerdos constitucionales y en sus compromisos  votados .

SOBRE FIESTAS Y TRADICIONES.

Noviembre es un mes en donde varias fiestas nos remiten a tradiciones y gestas pasadas. Empieza el día primero con la de todos los santos, en que la religión católica nos invita a reflexionar sobre tantas vidas  virtuosas y generosas que nos han precedido, muchas veces desde el mayor anonimato, pues la misma evoca no sólo a los que se encuentran como modelo en los altares. Esto enlaza naturalmente con el día siguiente , la de los muertos queridos, o sea quienes en cada hogar o grupo familiar han dejado un recuerdo y un legado que nos merece veneración y respeto. Éste día también evoca a los héroes, los que han muerto por el prójimo y por la patria, que son una herencia común más allá de los vínculos  de sangre, pues nos ligan con ellos deudas de honor. De alguna manera somos los que hemos recibido ya sea en nuestra herencia genética o material, o por ejemplos o educación, y esto es lo que significa custodiar la tradición como un regalo, un bien gratuitamente recibido, que nos enriquece. Aquí ha sido gente del común quienes llevaron adelante la iniciativa de conmemoración de las raíces, en el festejo del 10 de noviembre, como día de la tradición, esta emoción de pertenencia , que nos hace sentir herederos y en cierto modo partícipes, sea cualquiera el origen de nuestro arraigo, antiguo o de inmigración más o menos reciente, de la gestas libertadora y de la independencia, de las obras y el trabajo fecundo que hicieron esta patria de la que nos sentimos a la vez dolidos y orgullosos.

Más recientemente ha tomado forma legal, a partir de 1974, celebrar el 20 , aniversario de la batalla de la Vuelta de Obligado de 1845, como día de la soberanía que de alguna manera toma la forma de una suerte de renovación de los compromisos de independencia.

Como corresponde, sea para cada uno lo suyo, y la justicia en este caso es el reconocimiento de que el tiempo presente no es sino un eslabón de la cadena entre los hechos y actos cumplidos en el pasado   , los buenos y los malos, y que el futuro, está en manos de las generaciones activas convocadas a convivir del mejor modo posible, en unión y  paz, asegurando los beneficios de la libertad, y esforzándonos para  el bienestar general.

Por Roberto Antonio Punte