El país tiene ahora la gran oportunidad de construir una economía sólida que pueda servir como ejemplo de excelencia ante los ojos del mundo. El recurso más valioso de la Argentina, un país de inmigrantes, es su historia y su capital humano.0
Por Chris Stefanadis, para LA GACETA – PIREO (Grecia).
La primera generación de argentinos llegó a esta tierra decidida a correr grandes riesgos en vistas a crear una mejor sociedad. De hecho, los argentinos tienen un espíritu audaz e innovador único. Es fundamental que el Estado promueva la economía liberando este espíritu y dirigiéndolo hacia horizontes beneficiosos para la sociedad en su conjunto.
No es aconsejable que en un país tan audaz como Argentina haya varios obstáculos de orden burocrático que dificultan el emprendimiento empresarial. Por ejemplo, según los índices internacionales del Banco Mundial, Argentina está por debajo de la media mundial para la “facilidad de hacer negocios.” En este sentido, el Estado pueda enfocarse en tres campos. En el primero, el gobierno podría tratar de derribar las múltiples barreras de entrada en los mercados. Ahora a causa de la complejidad de las reglas, las regulaciones y las leyes, el ranking de Argentina para la “facilidad de empezar una nueva empresa” es demasiado bajo. La simplificación del proceso burocrático dará lugar al surgimiento de muchas nuevas empresas, creando puestos de trabajo (en favor de los trabajadores) y aumentando la competencia en los mercados de bienes y servicios (en favor de los consumidores).
En segundo lugar, el Estado podría implementar un sistema impositivo más estable, más simple y más justo. Según los índices internacionales, el sistema impositivo actual es demasiado oneroso, desanimando la inversión y la actividad empresarial. La regularización y la transparencia del sistema, junto con la reducción de la incertidumbre causada por cambios imprevistos, podrían ser medidas claves.
Y en tercer lugar, el gobierno podría tratar de mejorar la eficiencia del mecanismo estatal. Un mecanismo estatal eficaz en el que prevalezca la meritocracia y que ayude a las empresas y a los ciudadanos (comparado con un mecanismo estatal que los obstruye) constituye un rasgo fundamental de los países prósperos. Por ejemplo, el mecanismo estatal tuvo un rol importante en el desarrollo de los Estados Unidos y Europa. En este sentido, la propuesta de incentivos convenientes que ordenen el mecanismo estatal y recompensen de una manera justa el rendimiento de los funcionarios sería beneficioso.
Es importante subrayar que tales medidas son neutrales desde el punto de vista fiscal. No requieren ningún recorte de gastos ni aumento de impuestos. No conllevan ningún tipo de austeridad fiscal. Constituyen reformas para incrementar el crecimiento económico a largo plazo y para aprovechar la ventaja competitiva de la Argentina, que son su capital humano y su espíritu audaz e innovador. Cuando este espíritu se libere, el futuro solo podrá ser luminoso y esperanzador.
© LA GACETA (San Miguel de Tucumán, República Argentina.)
Chris Stefanadis – Profesor de Economía de la Universidad del Pireo, Ph. D. en Economía de la Universidad de Nueva York, ex presidente del Consejo de Asesores Económicos del gobierno griego.