El 1° de mayo de 1852, hace ciento sesenta y ocho años, se fundó el Club del Progreso con el objeto de mancomunar los esfuerzos de todos hacia el progreso moral y material del país”. A partir de esa fecha, fue testigo de la mayor parte de hechos más salientes de la historia argentina. En estos difíciles momentos, afirmamos que la actual crisis debe enfrentarse con fidelidad a los valores de la democracia y el pluralismo, dentro del marco de las instituciones de la República y el respeto al texto y al espíritu de la Constitución Nacional. Nuestra historia nos enseña que quien no actúe así, sino provocando el pánico o sacando provecho del estado de excepción, causará daños gravísimos a la patria. Apelamos a lo mejor de los argentinos. Como dijo un socio del Club, el Dr. Raúl Alfonsín, “La democracia sólo puede constituirse a partir de una ética de la solidaridad, capaz de vertebrar procesos de cooperación que concurran al bien común”. La empresa colectiva para superar la pandemia y reconstruir nuestra economía no admite ni el totalitarismo, ni la uniformidad, pero tampoco la exaltación del individualismo egoísta. La hora nos exige actuar con decisión y solvencia, no sólo para hoy, sino para preparar un mañana que nos permita esperar un futuro mejor para nuestros hijos. El progreso de nuestra sociedad democrática es un objetivo nacional y exige evitar luchas fratricidas, para terminar con el estancamiento y avanzar hacia la modernidad.
La hora nos exige actuar con decisión y solvencia, no sólo para hoy, sino para preparar un mañana que nos permita esperar un futuro mejor para nuestros hijos. El progreso de nuestra sociedad democrática es un objetivo nacional y exige evitar luchas fratricidas, para terminar con el estancamiento y avanzar hacia la modernidad. Cuando en la Argentina estaba casi todo por hacerse, otro socio del Club del Progreso, Domingo Faustino Sarmiento, escribió “Hombre, pueblo, Nación, Estado: todo está en los humildes bancos de la escuela.” Fue en la escuela donde se inculcaron los valores que requiere la senda hacia el progreso: esfuerzo, apego a la ley, inteligencia colectiva, decencia, tolerancia y racionalidad. Sólo recuperándolos podremos tener éxito en la búsqueda del desarrollo, con inclusión y equidad. Desde su independencia, la Argentina ha manifestado una profunda vocación latinoamericana. Por ello, tenemos la firme convicción de que superaremos esta crisis junto a nuestros hermanos. Con paciencia y humildad, debemos fortalecer nuestra integración regional y nuestra inserción global para ser protagonistas y no furgón de cola del crucial proceso de transición que vive la humanidad. Por último, en homenaje a los que están en la primera línea de lucha contra la pandemia, recordamos palabras de la primera médica argentina, socia del Club del Progreso, la Dra. Cecilia Grierson, cuando fundara, durante la epidemia de cólera de 1886, la escuela de enfermería: “El mejor medio de proporcionar alivio a los que sufren es colocar a su lado personas comprensivas, afables y capacitadas”.
CLUB DEL PROGRESO
Hugo Carassai
Raúl Bard
Jorge R. Arguello
Juan Vicente Sola
Samuel Arbiser
Fernando Araoz
Alejandro Baldassarre
Mónica Gabay
Beatriz Albert
Luis Alberto Romero
Hugo Bauzá
Juan Luis Catuogno
Néstor Gónzalez
Julio Dellepiane Rawson
Romeo Di Piero
Carlos Escudé
Carlos Odella
Pedro Pusineri
Daniel Salazar
Mauricio L. Mizrahi
Alejandro Olazábal
José Agustín Mina
Ezequiel Fernandez Mezzadra
Arnoldo Listre
Román Frondizi
Victor Seguí
María Carmen Medrano
María Saénz Quesada
María del Rosario Solari
Andrés Rivas Molina
Marie Louise Martin Aerts
Llaman a valorar la democracia y el pluralismo
La Nación, 13 de mayo de 2020
El Club del Progreso, fundado hace 168 años e integrado a través del tiempo por eminentes figuras políticas y sociales comprometidas con el desarrollo del país, expresó en una declaración que “la actual crisis debe enfrentarse con fidelidad a los valores de la democracia y el pluralismo, dentro del marco de las instituciones de la República y el respeto al texto y al espíritu de la Constitución Nacional”.
“Nuestra historia nos enseña que quien no actúe así, sino provocando el pánico o sacando provecho del estado de excepción, causará daños gravísimos a la patria”, advirtió la institución.
Citó, así, el pensamiento del recordado Raúl Alfonsín, que fue socio de la entidad y señaló que “la democracia solo puede constituirse a partir de una ética de la solidaridad, capaz de vertebrar procesos de cooperación que concurran al bien común”.
También afirmó la institución que “la empresa colectiva para superar la pandemia y reconstruir nuestra economía no admite ni el totalitarismo, ni la uniformidad, pero tampoco la exaltación del individualismo egoísta. Sostuvo, en ese sentido, que “el progreso de nuestra sociedad democrática es un objetivo nacional y exige evitar luchas fratricidas, para terminar con el estancamiento y avanzar hacia la modernidad. La hora nos exige actuar con decisión y solvencia, no solo para hoy, sino para preparar un mañana que nos permita esperar un futuro mejor para nuestros hijos”.
Transmitió en la declaración, además, el pensamiento de Domingo Faustino Sarmiento, otro ilustre socio del Club del Progreso, quien proclamó: “Hombre, pueblo, Nación, Estado: todo está en los humildes bancos de la escuela”. Firman la declaración el presidente del club, Guillermo V. Lascano Quintana, y los socios Carlos María Regúnaga, Eduardo Guarna, Roberto Punte, Mario Carassale, Julio Fumagalli, Jorge Ausina, Gerardo Conte Grand y Pablo Tonelli, entre otros.