Noveno trabajo de la Serie: Estación del Ferrocarril Mitre y terminal de subterráneos.
Dibujo en tinta de Jorge Hernán Janco, 2006. Estación del Ferrocarril Mitre y también terminal de subterráneos. Cuando se inauguró en 1915 era una de la estaciones más grandes del mundo. Declarada Monumento Histórico Nacional en 1997, como “un claro símbolo de la idea de progreso que sustentaba la generación del ’80” y “la culminación del proyecto de tendido de los ferrocarriles, iniciado a mediados del siglo XIX, y cuya red, abierta entre las provincias y el puerto de Buenos Aires, permitió la distribución tanto de los inmigrantes cuanto de los productos agrícolo-ganaderos“.
El proyecto de los arquitectos Conder y Follett, y el ingeniero Reginald Reynolds, británicos residentes en el país y especializados en obras para ferrocarriles, comenzó en 1909 y se inauguró en 1915. El sector de oficinas -a la derecha del frente, el más cercano a la actual terminal- a la parte en estilo neobarroco previo a la Gran Guerra de 1914, se completó hacia 1929. El gran vestíbulo, las confiterías y boleterías están cubiertos por 20.000 m² de cielorraso, con mayólicas provistas por la británica Royal Doulton e iluminados con antorchas de estilo florentino. El sector de andenes y plataformas, se cubrieron con dos grandes naves paralelas de 230 metros de largo y 49 metros de luz libre cada una, con una altura máxima de 25 metros, sostenida por una bóveda metálica soportada por arcos de hierro colocados cada diez metros, fabricadas en Liverpool. Los paragolpes hidráulicos eran los más poderosos del mundo, capaces de soportar el embate de un tren de 750 tn a una velocidad de 16 km/h.