NO SE VE LA CRUZ DEL SUR /EN LAS NOCHES DE TORMENTA…
Estas líneas corresponden a la “HUELLA TRISTE” de Atahualpa Yupanqui, y la estrofa completa es “No se ve la Cruz del Sur/en las noches de tormenta/Hay que mirar dentro de uno/para encontrar a la huella” , una buena guía de conducta para las etapas de turbulencia. Cuando parece no haber modo de encontrar el rumbo cierto.
La sabiduría criolla aconsejaba “desensillar hasta que aclare”. En cambio el poeta nos indica el camino del discernimiento desde lo interior sobre el propio rumbo que cada cual ha de seguir según su vocación y circunstancias.
Así como hay noches oscuras del alma , fuente de inspiración para la mística, al modo de San Juan de la Cruz, también ocurre en la vida de los pueblos, momentos de temor y desconcierto – y hoy parece que nos toca a nosotros.
Escribió el místico: “el primer provecho que causa esta seca y oscura noche de contemplación es conocimiento de sí y de su miseria” y algo similar dice el poeta cuando aconseja ensimismarse “dentro de uno“ para encontrar en el interior la fuerza que oriente el recto camino, las correctas decisiones, y el bien a alcanzar que sea común.
Quien cruza esta prueba, de algún modo queda transformado y purificado dejando atrás la etapa del temor. El mismo Yupanqui dice en otras coplas “no te engrille la prudencia, es una falsa experiencia andar temiéndole a todo”.
Tal vez estas reflexiones ayuden en este momento duro de mitad de camino, donde no se ve claro la solución de tantos males colectivos . Más que echar la culpa a otros o al tiempo que nos está tocando vivir, cabe reflexionar, o sea mirar para adentro, sobre las propias responsabilidades y capacidades, y, sin dejarse atropellar por miedos e inseguridades, trazar el propio sendero atesorando la esperanza de algún amanecer que más temprano que tarde deberá, si son muchos los que así proceden, permitir despuntar un sol nuevo que derrote la bruma de la angustia y nos devuelva la alegría compartida de estar vivos aquí en esta tierra nuestra.
Roberto Antonio Punte.
Comentarios por Carolina Lascano