Me he pasado la vida abriendo nuevas puertas,
honrando mis instintos de buscador serial,
en solitaria escena, con luz clara o a tientas,
en armonía o caos, para mi daba igual.
He detenido el tiempo para entregar mi alma
a aquellas situaciones en que he debido estar,
que no habrían resistido no tomarlas con calma
o el error, tan frecuente, de dejarlas pasar.
Sin condicionamientos me he sentado y me siento
a la mesa de muchos cruelmente marginados,
con sufridos estigmas, tantas veces de cuento,
pisados por la gente como canto rodado.
Disímiles y vastas han sido mis vivencias,
arriesgadas algunas, religiosas, bizarras …
Patrimonio invaluable que no viene de herencia,
pues las cosas, al tiempo, pasan a ser chatarra.
por Jorge Botas