Un hombre joven yace
sobre una blanca camilla.
Sus ojos buscan la luz,
las manos quietas, las piernas temblorosas
aguardan la salvación.
El silencio que lo envuelve
anuncia el triste final.
Una sonrisa escondida
adivina esa promesa.
El cuarto se tiñe de luces
que juegan con ese ritual.
Todos los que lo acompañan
aquietan su respiración.
como escoltando su viaje
camino de la liberación.
Por Gloria de Noailles