La Argentina ha logrado a lo largo de los años algunos acuerdos básicos que permitieron fortalecer nuestra democracia. El consenso democrático que cerró las puertas a experiencias autoritarias, la Asignación Universal por Hijo, el rechazo a la violencia política, la alianza estratégica con el Mercosur, por dar algunos ejemplos. Pero claramente hemos tenido problemas para acordar sobre cuestiones básicas de nuestro desarrollo económico. Nuestra historia en este tema ha tenido muchos fracasos, convirtiendo nuestro país en una paradoja mundial por la falta de desarrollo y la pobreza pese a nuestros recursos y nuestras potencialidades. Por ello, cada vez que se acerca un proceso electoral, existen muchas dudas sobre nuestro futuro. Los argentinos y el mundo quieren tener más claridad y certeza de que hemos podido dejar de discutir algunas cosas que ya no se discuten más en la mayor parte de los países. Por eso le quiero pedir que pueda expresarse sobre estos diez puntos que consideramos imprescindibles para despejar algunas de esas dudas que existen sobre nuestro país. Estos puntos no son un plan de gobierno, ni una propuesta electoral, ni un contrato de adhesión. Son una invitación para que podamos despejar algunos temas esenciales de nuestras discusiones.
Confío en que desde la madurez democrática podremos dar una muestra de acuerdo que nos permita entregar mayor tranquilidad a los argentinos.
- Lograr y mantener el equilibrio fiscal, tanto en la Nación como en las provincias. 2. Sostener un Banco Central independiente en el manejo de los instrumentos de política monetaria y cambiaria, en función de su principal objetivo que es el combate a la inflación hasta llevarla a valores similares a los de países vecinos.
- Promover una integración inteligente con el mundo, trabajando para el crecimiento sostenido de nuestras exportaciones.
- Respeto a la ley, los contratos y los derechos adquiridos con el fin de consolidar la seguridad jurídica, elemento clave para promover la inversión.
- Creación de empleo formal a través de una legislación laboral moderna, que se adapte a las nuevas realidades del mundo del trabajo sin poner en riesgo los derechos de los trabajadores.
- Reducir la carga impositiva nacional, provincial y municipal, empezando por los impuestos distorsivos.
- Consolidación del sistema previsional sostenible y equitativo que dé seguridad a los jubilados actuales y futuros.
- Consolidación de un sistema federal transparente que asegure transferencias a las provincias no sujetas a la discrecionalidad del Gobierno Nacional de turno.
- Asegurar un sistema de estadísticas profesional, confiable e independiente.
- Cumplimiento de las obligaciones con nuestros acreedores. Desde ya que estamos abiertos a escuchar agregados o aportes que usted considere que refuercen el mensaje de previsibilidad que podemos dar, ya que esto implica el inicio de una conversación abierta.
EL CLUB DEL PROGRESO ADHIRIÓ A ESTA CONVOCATORIA EN LOS SIGUIENTES TERMINOS:
El Club del Progreso manifiesta por este medio su conformidad con la convocatoria al diálogo realizada por el gobierno nacional, a través de la propuesta de una agenda de 10 puntos básicos, susceptibles de ser modificados o ampliados, que determinen una plataforma de consenso y concordia. La misma es hoy imprescindible si se quiere poner en acto los lineamientos trazados hace 25 años por la reforma constitucional de 1994. Esto requiere un trabajo conjunto de la dos Cámaras del Congreso y el Poder Ejecutivo, para generar los cambios del régimen fiscal y otros concomitantes que permitan cumplir la encomienda realizada en los incisos 19 y20 del artículo 75 CN para el crecimiento armónico de la Nación, el desarrollo humano, el progreso económico con justicia social, la productividad de la economía nacional, la generación de empleo, la formación profesional, la defensa del valor de la moneda. Todo lo cual requiere políticas específicas, que trasciendan los ciclos electorales y las posturas particulares de los partidos. Como la misma reforma propició, si bien, generar el necesario impulso es responsabilidad indelegable de los poderes del Estado, cabe recordar también en esto las palabras de la Constitución, en cuanto a la obligada la participación de la sociedad y de las familias para que los valores democráticos y de igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminaciones, se afiancen sobre bases sólidas que permitan avizorar un horizonte firme para legar a las generaciones futuras.
Guillermo V. Lascano Quintana.