El ex embajador y analista geopolítico Mariano Caucino afirma que la potencia a contener no es la ex Unión Soviética, es China
En medio del aumento de las tensiones en la frontera rusa-ucraniana, Clarin consultó a Mariano Caucino, analista de política internacional, ex-embajador en Israel y Costa Rica y autor de “La Rusia de Putin. Mito y realidad del liderazgo post-soviético”. Caucino sostiene que en el conflicto por Ucrania existen “culpas compartidas entre Washington y Moscú y un neto ganador en Beijing”.
Se habla de la posibilidad de un guerra en Ucrania desde hace semanas, y todo está listo para que ello ocurra dada la militarización de la zona. ¿Qué chispa puede desatarla?
Uno puede determinar cómo comienza una crisis pero no cómo puede evolucionar. Nadie quiere un conflicto directo. Pero un incidente o una provocación pueden ocurrir. Piense en los años previos a la Primera Guerra Mundial, cuando los líderes europeos marcharon como sonámbulos a la guerra.
Se habla de un quiebre en las alianzas de EEUU con sus socios europeos en este conflicto. ¿Qué rol está jugando Europa en esta crisis?
Europa no es una unidad y existe una dependencia del gas ruso. Ello se profundizó por la decisión del gobierno de Angela Merkel de reducir el uso de la energía nuclear. Alemania necesita que se ponga en operatividad el gasoducto NordStream 2. Bismarck enseñó que el balance de poder requería no ir nunca a una guerra con Rusia.
Willie Brandt lanzó la Ostpolitik en busca de un entendimiento con Rusia. En tanto, Francia siembre procuró una relación con Moscú. De Gaulle habló de una política “del Atlántico a los Urales”. El Reino Unido ha adoptado un tono más duro… pero el gobierno británico está en medio de problemas de otra índole…
¿Por qué la que la crisis ucraniana reaparece en forma recurrente?
Los conflictos geopolíticos tienden a mantenerse en el tiempo. Es el caso del persistente e inagotable conflicto ucraniano. El sector occidental del país -con Kiev incluida- quiere integrarse a la Unión Europea y a la OTAN.
En cambio, en el Este y el Sur la población es pro-rusa o directamente rusa. Además hay un compromiso de las potencias, que en 1994 firmaron el Memorando de Budapest que implicaba un reconocimiento de su integridad territorial a cambio de la transferencia de sus armas nucleares.
¿Cuál es el origen del conflicto?
La expansión de la OTAN a lo largo de países que integraban el Pacto de Varsovia o que directamente eran repúblicas soviéticas, como las del Báltico. Ello no pudo hacerse sino a expensas de los intereses de Rusia. La geografía y la historia siguen siendo factores decisivos. Rusia tiene un territorio interminable que recorre once husos horarios y alberga inagotables recursos naturales, pero es una inmensa planicie, casi sin fronteras naturales.
Por lo tanto muy vulnerable. Rusia fue invadida por mongoles, polacos, lituanos, por Napoleón y por la Alemania nazi. Se expandió en busca de seguridad. En 1997 George Kennan, autor de la doctrina de la contención, advirtió que ampliar la OTAN era un error catastrófico.
Putin dice que Rusia y Ucrania son un mismo pueblo, ¿Qué piensa?
Los mismos orígenes se remontan al Kievan Rus, una federación de tribus y luego principados eslavos que se encuentran en los inicios de su historia. Por ello son un mismo pueblo. Ucrania ha pertenecido durante siglos al imperio ruso, cuya última forma histórica fue la Unión Soviética. Líderes como (Nikita) Kruschov o (Leonid) Brezhnev eran ucranianos o nacieron en sus adyacencias. Kissinger ha explicado que, para los rusos, Ucrania nunca va a ser visto enteramente como un país extranjero.
Putin sostuvo que la disolución de la URSS fue el mayor error geopolítico del siglo XX.
Lo dijo después de la guerra de Irak y luego de ver “revoluciones de colores” en su perímetro, cuando advirtió que la cooperación con los EEUU había terminado. Pero el “mainstream” de la prensa no suele recordar que también dijo algo así como que quien no añore a la Unión Soviética no tiene corazón, pero quien quiera reconstruirla no tiene cerebro..
¿Este nuevo descenso en la relación ruso-norteamericana afecta la creciente rivalidad estratégica entre los EEUU y China? Usted dice que este conflicto es funcional a China…
Porque las sanciones obligaron a Rusia a reorientar sus prioridades hacia China. A la larga habrá que buscar un entendimiento con Moscú y reeditar de alguna forma una política parecida a la que en su día hicieron Nixon y Kissinger buscando que los EEUU tuvieran una relación con Moscú y con Beijing mejor que la que éstas podían tener entre sí.
Hoy la potencia a contener no es la ex Unión Soviética, sino China. En éste conflicto hay culpas compartidas entre Washington y Moscú y un claro ganador en Beijing.
¿Rusia sigue siendo una gran potencia?
Geopolíticamente sí. Rusia tiene un arsenal nuclear comparable al norteamericano, pero su capacidad económica es limitada. El origen del desencuentro tiene un punto de partida en 1989/91 cuando los EEUU pasaron a ser una superpotencia unipolar y muchos creyeron que la Historia había llegado a su fin, suponiendo que el mundo marcharía inexorablemente a la democracia y la economía de mercado.
China todavía no había completado el ascenso que la llevó a ser la superpotencia económica de hoy. Y Rusia vivió un tiempo traumático en el que su liderazgo experimentó una sensación de potencia disminuida.
¿Cambió algo con la administración Biden?
Lo que sucede es que las diferencias en la política exterior en los Estados Unidos no responden necesariamente a una división entre demócratas y republicanos. Se derivan de la interpretación que cada Presidente percibe sobre el rol que los Estados Unidos deben jugar en el mundo. Una tensión que va del aislacionismo hasta el del intervencionismo global.
Usted fue embajador en Israel, ¿Cómo se percibe el rol de Rusia en Oriente Medio?
Allí, Rusia ha vuelto a desplegar su rol de gran potencia. En Siria, logró la subsistencia de Bashar al Assad y mantener sus bases en el Mediterráneo oriental. Asimismo, Rusia es en las presentes circunstancias históricas una potencia en condiciones de tener interlocución con todos los actores de la región. En cambio, los EEUU han perdido esa capacidad, porque son vistos como inclinados a sus aliados sunnitas saudíes, egipcios e israelíes.
¿Estados Unidos vive una nueva Guerra Fría, esta vez con China?
Se utiliza el nombre de la Guerra Fría a falta de una analogía mejor. Pero históricamente tal vez sea un error, por el nivel de interdependencia. Además se produjo una alteración fundamental en el poder relativo entre Rusia y China. Lo que sí le puedo decir es que Occidente muy probablemente enfrentará en el siglo XXI un desafío de envergadura.
China dispone de un poder económico del que la URSS carecía. En última instancia, la URSS se derrumbó por el agobio imperial en que había incurrido por haberse sobre-expandido y porque Ronald Reagan aumentó el gasto de Defensa para ahogar a los soviéticos mientras acordaba con el rey Fahd un aumento de la producción de petróleo que hundió el precio del barril.
¿Usted evalúa oportuno el viaje de Alberto a Rusia y China? Hubo críticas por el “timming”.
El presidente chino, Xi Jinping AP
Debería ser algo positivo. Pero tal vez puede no ser el mejor momento. Más teniendo en cuenta que los sectores anti-occidentales del oficialismo creen ver la existencia de un bloque chino-ruso como opción sustitutiva a la relación con los EEUU. Esta cuarta administración kirchnerista se conduce por factores ideológicos.
Eso impone una limitación objetiva para un país mediano que necesita una política exterior al servicio de una estrategia de desarrollo. Además, el presidente viaja también en su condición de titular de la CELAC de modo que puede comprometer a otros países de la región en un momento complejo.
¿Qué debería hacer la Argentina? A menudo la critica es porque debería quedarse en un lugar, con los Estados Unidos y no mantener vínculos ni con Rusia y China…
Lo primero es recomponer la relación con nuestros vecinos. Este gobierno deterioró las relaciones con el Mercosur respecto a las que teníamos con Macri. Es inconcebible que en dos años no haya habido una cumbre presidencial con Brasil. Y ello a pesar del trabajo incansable del embajador (Daniel) Scioli. Pero un embajador no sustituye la falta de voluntad presidencial. Y el presidente argentino evidentemente no quiere hablar con el presidente brasileño.
Un intelectual argentino muy inteligente que vive en el exterior sostiene que hemos retrocedido a una instancia pre-westfaliana que pone la ideología por encima del interés nacional. Lo que en otro tiempo se conocía como la “razón de Estado”. Un religioso como el cardenal Richelieu acordó con los hugonotes, Sadat y Begin firmaron la paz entre Egipto e Israel… y Fernández no puede tomar un café con Bolsonaro.. Es de locos.. ¿usted es consciente del primitivismo que eso significa?
¿Macri pudo mantener relaciones con las grandes potencias?
El presidente Macri comprendió que la Argentina tiene que tener las mejores relaciones económicas con todos pero nunca olvidó que somos parte de Occidente. Y que en el hemisferio americano existen compromisos de defensa de la democracia y los derechos humanos. Macri desplegó una combinación adecuada de realismo y defensa de valores.
¿A la larga, cree que el vínculo de Alberto Fernández es el mismo que los Kirchner a Rusia y China o cree es un vinculo atravesado por una necesidad ante la falta de un acuerdo con el FMI?
El error es creer que usted puede no arreglar con el FMI y que China y/o Rusia lo van a venir a rescatar. El propio embajador en Beijing, que suele ser criticado por tener posturas excesivamente pro-chinas, reconoció que es necesario algún arreglo de la deuda.
Vuelvo al tema Putin……. A menudo se lo tilda de dictador, de autócrata y de comunista. A la larga, ¿tiene eso algún peso? ¿Cómo definiría a Putin y a la Rusia de Putin?
Rusia nunca fue un país democrático. Rusia no atravesó -o al menos no lo hizo plenamente- experiencias fundamentales de la civilización occidental como el iluminismo, el renacimiento, la reforma o la separación de la Iglesia del Estado.
Putin es popular en Rusia mientras despierta inquietudes en Occidente. Acaso un fenómeno opuesto al de (Mikhail) Gorbachov, que es admirado en Occidente por haber terminado con los horrores del comunismo, pero es detestado en Rusia por haber liquidado un imperio por el cual el abnegado pueblo ruso luchó durante siglos.
Clarín, 29 de enero de 2022
MARIANO CAUCINO: Nació en Buenos Aires en 1976. Se graduó de abogado en la UBA. Fundó y dirigió la Escuela de Gobierno y Ciencia Política en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Fue profesor de Historia Política Contemporánea y Política Exterior Argentina.Es miembro del Comité Académico del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y del consejo asesor del InterAmerican Institute for Democracy (Miami, EEUU). Durante el gobierno del Presidente Mauricio Macri fue embajador en Costa Rica, y luego ante el Estado de Israel. Integra el grupo de política internacional del PRO.
Es autor de varios libros sobre historia y política internacional. Sus obras incluyen: “Rusia, actor global. El renacer de un gigante y la inquietud de Occidente” (El Estadista, 2015), “La Rusia de Putin. Mito y realidad del liderazgo post-soviético” (Ediciones B, 2016), “La Argentina Pendular” (DobleHache, 2020) y “El Perón que no miramos: política, economía y diplomacia en tiempos de escasez 1950-1955” (Areté, 2021).Integra como Vocal la Comision Directiva del Club del Progreso.