Cada 16 de julio se conmemora el “Día de los Intereses Argentinos en el Mar”, en homenaje al nacimiento del Almirante Segundo R. Storni. Una fecha que nos permite reflexionar sobre su figura y acerca de la necesidad de tomar conciencia de la importancia que tienen los Intereses Marítimos para nuestra Nación.
Storni nació en Tucumán un 16 de julio de 1876 y comenzó su carrera naval en 1894 cuando ingresó a la Escuela Naval Militar. Luego de una brillante carrera militar, se retiró del servicio activo en 1935, con el grado de Vicealmirante.
A lo largo de su trayectoria profesional, el Almirante Storni produjo trabajos muy destacados. Su obra más trascendente fue la publicación “Intereses Argentinos en el Mar” cuyo contenido resultó de la recopilación de dos conferencias dictadas por el entonces Capitán de Fragata Storni, en el año 1916, bajo los títulos “Razón de ser de los Intereses Argentinos: factores que facilitan u obstaculizan el poder de la Nación” y “Política Naval Argentina: problemas de la Defensa Nacional por el lado del Mar”.
El trabajo realizado por este ilustre marino generó una doctrina en el pensamiento marítimo argentino que hoy persiste. En su pensamiento, sostenía que el Poder Naval, que incluía los intereses marítimos del país y a su Armada -lo que hoy definimos como poder marítimo- se debía apoyar en tres pilares: la producción, los transportes propios y el comercio. En todo ello incluyó la pesca, los puertos, los canales, el balizamiento, los faros, los astilleros, el turismo y los deportes náuticos, actividades todas de una gran vinculación con el mar. La necesidad de considerar estas actividades como cuestiones de Estado constituirá su legado más importante.

DEFINICION DE INTERESES MARITIMOS
Ahora bien, ¿qué entendemos por Intereses Marítimos?. Diferentes autores los han definido como “todos los aspectos relativos a su seguridad y desarrollo vinculados con el mar y agrupados en tres amplios aspectos: las vías de comunicación a través del mar para el tránsito de mercaderías y personas, la explotación de las riquezas del mar y de su fondo, y el empleo del mar en el orden político internacional”.
Todo ello cobra mayor relevancia si además tenemos en cuenta que la República Argentina es un país marítimo, con una longitud en su línea de costa superior a los 5.000 kilómetros de extensión y una superficie del mar de más de 2.800.000 kilómetros cuadrados, a los que se le suman la superficie de la plataforma continental, con lo cual pasarían a contabilizarse 4.200.000 km2. Además, se debe considerar que más del 90 % de nuestro intercambio comercial se realiza por vía marítima y como Estado Ribereño, asumimos la responsabilidad de la salvaguarda de la vida humana en el mar de una superficie que supera los 14.700.000 km2.
Hoy el mundo se enfrenta a grandes desafíos y los océanos, como fuentes de recursos de todo tipo y como reguladores del clima, se encuentran seriamente amenazados. El continuo crecimiento demográfico, la globalización, la revolución tecnológica y el consecuente cambio climático están generando una demanda sin precedentes de recursos alimenticios, energéticos y minerales.
Por otro lado, los océanos se encuentran asechados por la contaminación marina y la destrucción de su hábitat, producto de la explotación indiscriminada de sus recursos y ser vertedero de residuos provenientes de los centros urbanos y de los propios buques que lo navegan, ocasionando gigantescas islas flotantes de residuos.
En este contexto, los Intereses Argentinos en el Mar adquieren una relevancia indiscutible y requieren del trabajo conjunto y coordinado con todos los actores que en él se desenvuelven, para su conocimiento, valoración, conservación, aprovechamiento responsable, protección y, si fuera necesario, su defensa.
Con este propósito, en el año 2015, se concretó la iniciativa estratégica Pampa Azul, mediante la promulgación de la Ley Nacional 27.167 “Promar – Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos”. Asimismo, en pos de proteger la biodiversidad marina se establecieron tres áreas marinas protegidas dentro de la Zona Económica Exclusiva argentina que ocupan aproximadamente el 8% del total de nuestras aguas.
En lo que respecta al aprovechamiento de los recursos del mar, nuestro país adoptó una postura proactiva en la defensa de sus recursos ictícolas en aguas jurisdiccionales, procurando su sustentabilidad y exigiendo la pesca responsable. Se cuenta con un Plan de Acción Nacional para prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada, no reglamentada. A partir de este, se realizan patrullas coordinadas por la Armada Argentina y la Prefectura Naval Argentina.
Por otro lado, en materia energética, sigue en pie la licitación internacional para la concesión de áreas para la exploración y explotación de hidrocarburos offshore, cuyas cuencas se encuentran en las aguas más profundas de nuestro litoral marítimo.
Lo antes mencionado nos exige grandes esfuerzos de protección y demanda un aumento en nuestras capacidades de vigilancia y control de los espacios marítimos de interés nacional, de manera de contar con una alerta estratégica marítima temprana que nos permita actuar a tiempo y en forma decidida.

GRANDES DESAFIOS
Como argentinos tenemos por delante grandes desafíos relacionados con nuestro mar. Uno de ellos es procurar que se promulgue la ley nacional que establezca el límite exterior de nuestra plataforma continental, lo cual nos permitirá ejercer nuestros derechos soberanos allí establecidos.
En otro orden, la promulgación de la Ley 26.651 sobre el mapa bicontinental argentino, nos insta a realizar un cambio sobre la forma en que vemos nuestro país. Nuestro territorio no se limita a la figura clásica territorial sobre el continente americano, sino que se extiende sobre un amplio espacio marítimo, las islas del Atlántico Sudoccidental y se proyecta e integra con la Antártida. Otro, es la búsqueda de consensos para arribar a la solución más inteligente que involucre la conservación de los recursos pesqueros y su explotación racional en el área adyacente a la Zona Económica Exclusiva argentina.
En el ámbito de la gestión del conocimiento, debemos seguir alentando y apoyando iniciativas como Pampa Azul y la creación de nuevas áreas marinas protegidas, impulsando además la investigación científica marina propia, con el objetivo de conocer nuestras aguas, para conservarlas y protegerlas, asegurando la sustentabilidad de sus recursos y la consecuente resiliencia de los océanos.
En esta línea, la adquisición de buques patrulleros oceánicos evidencia el desafío de lograr un control efectivo sobre nuestro mar.
Como mencionamos previamente, la mayor parte del comercio exterior de nuestro país circula por las vías marítimas y fluviales. A pesar de esto, nuestra marina mercante se encuentra muy disminuida. Actualmente, contamos con instrumentos que la fomentan y buscan su recuperación, como la Ley 27.419 para el desarrollo de la marina mercante y la integración fluvial regional. A pesar de esto, aun se requiere de inmensos esfuerzos para poder poseer una marina mercante de bandera que puedan llevar nuestros productos al resto del mundo.
Situación análoga enfrenta la industria naval argentina. Aunque en 2017 se promulgó la Ley 27.418 para establecer un régimen de incentivo y promoción de las construcciones navales nacionales, poco se ha avanzado en el desarrollo asociado a todo el sector de la industria naval. Debemos imponernos plenamente el objetivo de volver a construir nuestros propios buques, prescindiendo de las adquisiciones y dependencias extranjeras. Desarrollar y potenciar nuestra industria naval, no sólo nos permitirá satisfacer los requerimientos necesarios de una flota propia, sino también recuperar progresivamente el desarrollo público y privado de un sector estratégico fundamental para contribuir a incrementar la inserción laboral e impulsar un progreso sostenido industrial y empresarial nacional.
Ninguno de estos desafíos será resuelto sencillamente en el corto plazo. Pero haberlos definido provoca el estímulo para continuar estableciendo las metas y objetivos necesarios para cumplirlos.
El testimonio de vida y el contenido de las ideas del Almirante Storni nos deben servir de faro para consolidar en forma definitiva una sana mentalidad marítima que nos permita valorar la importancia que tiene nuestro mar en el desarrollo de la Nación, generando además conciencia en nuestros ciudadanos para su preservación y protección.

por Rodrigo Arriegues*

La Prensa , 14 de julio de 2020

* Capitán de Navío. Director de Intereses Marítimos de la Armada Argentina