Por Norberto Pannone
Los pájaros sin alas
se quedaron sin vuelo
bajo cielos de olvidos.
Todavía los veo
mutilar la mañana
con los ojos sin brillo.
Merodear una tarde
de bolsillos vacíos
y dormir por la calle
compartiendo el hambre
con los gnomos del frío.
Los cuervos del sueño
me truncaron al niño.
Y los hombres impíos
se olvidaron del canto,
la campana del patio
y del blanco atavío.
Se olvidaron del himno.
Andará la promesa
asustando a mi niño.
Los valientes de turno,
le darán un mendrugo
al llegar los comicios.
Los pájaros sin alas,
se quedaron sin vuelo
en un cielo de olvidos.