Una joya que merecía el Oscar
Nominada a 6 Oscars en el 2015 (mejor película, director, guionista, fotografía, actor protagónico y actriz de reparto) Nebraska es sin duda una de esas joyitas cinematográficas que quedarà para la antología del cine. Filmada en blanco y negro, lleva por nombre el estado norteamericano en el que el propio director se crió.
Alexander Payne es un director de extensa carrera en años aunque de pocos films porque se toma bastante tiempo para elaborarlos. Y se agradece ese cuidado, tal como se refleja en sus películas anteriores Las confesiones del Sr.Schmidt, Entre copas, Los descendientes. Dueño de un estilo único, Alexander Payne se caracteriza por contar historias emotivas de gente común con una rara combinación de humor y drama. Suele poner a sus personajes en un viaje (road-movies) que se transforma en un recorrido de descubrimiento de sí mismos y de los otros. A pesar de que su cine se caracteriza por un sesgo melancólico que lo impregna, también está tamizado por la esperanza.
En Nebraska el anciano Woody Grant (interpretado por un excelente Bruce Dern) emprende un solitario viaje a pie con la intención de recorrer 1200 km para cobrar un millón de dólares según un engañoso panfleto que le llegó por correo. Su esposa (insuperable personaje de la nominada al Oscar June Squibb) es una mujer gruñona que no quiere ni perdona a nadie y se niega a acompañarlo en esta quimera. Sus dos hijos varones quieren hacerlo entrar en razón mientras contemplan la posibilidad de internarlo en un asilo por su progresivo deterioro mental y físico. El hijo menor, más sensible, decide darle el gusto y en ese viaje este hijo descubrirá que el premio a cobrar es tan solo la excusa de Woody para ponerse en marcha cada día. En el fondo no es el dinero el objetivo último, sino la preocupación de poder dejarles algo a sus hijos. Un padre alcohólico y siempre parco en palabras que quizás siente que no les ha dado mucho en su vida. En el final es el sensible hijo ((Will Forte) el que descubre que puede darle algo por lo que vivir a su padre, algo que restituya su dignidad perdida.
El viaje es también un regreso al pasado de Woody Grant y en el camino va reencontrándose con extravagantes familiares y amigos (muchos se dicen amigos a partir de que consideran millonario a Woody). Algunas de estas imágenes del retrato familiar son para la antología del cine.
El blanco y negro de la fotografía acentúa con detallismo la melancolía de esos pueblos casi abandonados y habitados solo por ancianos que el director fotografía Phedon Papamichael, retrata de manera única e inolvidable. Alexander Payne tiene una mirada hacia sus personajes que es siempre humana, sensible pero no exenta de ese humor seco que lo destaca dentro de la cinematografía norteamericana. Un ejemplo de este humor ácido es la escena cuando llegan a una oficina a reclamar el millonario premio: la recepcionista pregunta al hijo si el anciano sufre de Alzheimer por haber recorrido tantos kilómetros por un premio inexistente, a lo que hijo responde “no, es solo que confía en lo que la gente le dice”. Parece que confiar en las personas es en esta sociedad una rara enfermedad.
Lic. María Andrea Piazza (La película NEBRASKA se proyectará en el Ciclo de cine de la Fundación Círculo Cultural, Club del Progreso, el lunes 9 de Mayo a las 17 hs, con el análisis de la Licenciada)