¿Acaso fui yo quien sintió
el hálito o el destierro
de una memoria desprendida?
¿Acaso la lluvia percibe la inquietud
de su voz llamándome del lecho?
¿Está en el aire, en su capelina azul,
en su sonrisa? ¿O tal vez la percibo
al evocar la soledad de un bosque
– desprende luz y beatitud –
mientras cerrabas los ojos, buscándome?
¿Es esta la amada espléndida?
Y mi alma suspensa, temblorosa.
por Carlos Penelas
Buenos Aires, enero de 2021
Fotografía: Anatole Saderman, 1935