RAUL E. P. Mariscotti – MIEMBRO DEL CLUB DEL PROGESO

Nuestro Club tiene dicho que: “Para poder construir un país, primero hay que soñarlo. Este pensamiento fue el espíritu que hace 150 años impulsó a los fundadores del Club del Progreso.”

Es conocida la frase de Séneca que me permito reproducir para entrar en materia: “A los navegantes sin rumbo todos los vientos le resultan adversos.

Me diferencio de muchos economistas que dan prioridad a la necesidad de planificar y buscar metas materialistas, de las que si bien no reniego, las entiendo estéril si no hay reglas de juego políticas e institucionales  claras y estables verdaderamente trascendentes. .

Nuestro país ha desarrollado una cultura cada vez más corrupta y deshonesta, y a la clase política le cabe la responsabilidad primaria porque, consciente o inconscientemente, las han acompañado más de una vez.

Nuestro país es una república representativa y federal, pero ninguna de estas características pareciera haberse fortalecido. Es más, cada vez se nota menos representación del pueblo y menos federalismo.

El proyecto de Reforma Política de 2009, se refería a  internas abiertas y simultáneas – financiamiento de los partidos- número de afiliados – partidos nacionales y de distrito, -alianzas – fusiones – elecciones de autoridades –  elección de candidatos -presentación y oficialización de listas – campañas electorales – boletas a confeccionar por los partidos – elecciones y escrutinios- proclamación de candidatos – financiamiento de las campañas – distribución de la publicidad oficial – encuestas y sondeos de opinión – registro de electores – padrones – mantenimiento de la personería  y más  recientemente, la edad para votar.

Estas propuestas tienen dos características: Ninguna tiende a superar las normas, que son funcionales a la corrupción y refieren a decisiones gatopardistas que tienden a no cambiar mucho las que hoy son normas más afines a los intereses del partido gobernante que a los de la Nación y del propio pueblo en general.

Creo que una reforma política tiene que superar deformaciones tales como que:

Los partidos políticos no sean otra cosa que pantallas formales que se constituyen para dar cabida a conducciones personalistas.[1] Dante Caputo, [2]apunta que “Uno de los cambios  de la vida política aquí es la desaparición de los partidos políticos. Es probable que gran parte de los  argentinos no lo hayan advertido. Sin embargo la transformación es mayor y tendrá consecuencias en la manera en que funciona nuestra democracia, en la calidad de la selección de quienes ocuparán cargos del Estado, y sobre todo, en el tipo de oferta programática que llegará a los ciudadanos. Los dos partidos que estuvieron en el centro de la disputa política de los últimos setenta años, justicialismo y radicalismo, en la práctica han dejado de existir. El radicalismo fue reduciendo sostenidamente su caudal electoral para los cargos nacionales. Desaparece porque se achicó hasta un punto en el que solo puede competir aliándose con otras fuerzas y,  por lo  general en situación minoritaria. Mantiene su presencia provincial, pero se extinguió como fuerza política nacional.

….

         La democracia “fulanista-menganista” tiene algunas consecuencias importantes. En una democracia sin partido lo único que garantiza la continuidad de un proyecto político es quién lo dirige. En otras palabras  ¿Quién puede seguir con el proyecto kirchnerista sin Cristina?  De allí que las reelecciones indefinidas sean mostradas como la garantía de la continuidad  política.

Adicionalmente cabe señalar que el financiamiento es tan determinante para las compañas proselitistas que se reciben y buscan aportes obviándose su origen, contrayéndose compromisos espurios, encareciendo los contratos públicos o coparticipando de los salarios de  miles de nuevos asalariados, por señalar solo algunas fuentes de financiamiento.

Y es aquí, cuando nos podríamos ir planteando: ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Quién le pone el cascabel a los políticos?

Digo esto porque “los partidos políticos caen frecuentemente en poder de círculos cerrados de dirigentes que se sostienen en sus cargos gracias a negociaciones y componendas no siempre claras” [3]

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Mi  sueño se enmarca en el art 1º de la CN que comienza diciendo “La Nación Argentina….”

Desgraciadamente, estos conceptos puros se trastocan  a partir de la segunda parte del mismo artículo que dice: “….según la establece la presente Constitución.”

 

            Y esta segunda parte ha desnaturalizado la forma de gobierno con las reelecciones sucesivas, modificando el régimen de elección de los representes del pueblo (ejecutivos, legislativos y judiciales). Ello, amén de otras circunstancias de hecho como es la omnipotencia del poder central que ha avasallado los gobiernos provinciales que han perdido la autonomía o las sucesión presidencial matrimonial que de no haber sido por la muerte de Néstor Kirchner ya podríamos hablar de una dinastía. Pero ni una ni otra de estas deformaciones del sistema que han conmovido el espíritu de la CN, no han sido suficientes para que haya habido una sola propuesta para reformarla en el sentido de  corregir estos abusos.

“Una paradoja de la democracia moderna es que las capacidades necesarias para llegar al poder  y mantenerse en él son distintas a las necesidades para gestionar el Estado y trabajar para el bienestar de la sociedad.

         Para llegar al poder o para mantenerse, los políticos profesionales son desconfiados y jerarquizan la lealtad sobre la idoneidad, se apropian de dineros públicos para financiar sus campañas y cultivan su “imagen”. Son esclavos de las encuestas de opinión, a partir de las cuales arman sus discursos elaborados por especialistas en marketing político para seducir votantes.  Nada de esto sirve para gobernar.

         La paradoja es más compleja aún. En el caso de que un grupo de políticos profesionales tenga las mejores intenciones y concentre ambas capacidades –las necesarias para llegar y mantenerse en el poder, y las necesarias para la gestión del Estado-, con frecuencia ambas entran en conflicto entre sí”.

         En los niveles  subalternos de la acción política, -diputados, concejales, intendentes,- donde se desarrolla una lucha parroquial por el poder,  están presentes estas paradojas en forma descarnada. Basta con un ejemplo: ¿qué tiene que ver  con el espíritu del cupo femenino la inundación de esposas y amantes de políticos en las listas? El cupo está pensado como acción positiva para asegurar la presencia de  mujeres en posiciones del poder. Las esposas y amantes están pensadas para asegurar lealtad a las ambiciones de sus hombres”. [4]

Tenemos que cuestionarnos el pésimo gerenciamiento que en general ha tenido el Estado en los últimos 60 años, causa de varias formas de corrupción:

  • Institucionales: leyes de privilegio (Jubilaciones, especiales, viáticos, sobresueldos, etc.)
  • Políticas:
    • demagogia (ilusorias promesas electorales),
    • partidocracia (gobierno de los partidos)
    • sometimiento de las provincias (centralización del poder público)
    • A todo ello se suma la corrupción por el financiamiento de las campañas políticas, el fraude electoral, los ataques a los comités opositores, y otras formas espurias de lucha por el poder.
  • Administrativas: Licitaciones, Enriquecimiento, Mafias.

En estos años hemos presenciado:

  • El financiamiento de la política con la droga,
  • El uso de recursos públicos para el proselitismo,
  • Las obras y los servicios públicos como fuente de  financiamiento político y  enriquecimiento personal,
  • El juego, sea institucionalizado como clandestino,
  • La prostitución, trata de personas y pornografía,
  • El contrabando y la evasión impositiva,
  • La inseguridad derivada de una policía contaminada,
  • El aprovechamiento demagógico de las clases bajas,
  • Las mafias adueñadas de acciones clandestinas, (desde barras bravas y “trapitos” hasta los carteles de la droga).

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Por otro lado,  “la Argentina se caracteriza por tener regulaciones administrativas a tal punto reglamentadas que son funcionales a la corrupción. (regulaciones aduaneras, fiscales, habilitaciones, previsionales, de promoción industrial, gestión de permisos, etc.). [5]

 

Un buen rumbo político requiere considerar:

 

  1. Habilitar a una sana democracia, donde: a) la elección de los funcionarios de cada área, (legisladores, administradores o jueces) lo sea mediante procedimientos claros y democráticos respetando el tiempo de los mandatos y la renovación o estabilidad necesaria que para la función se pueda cumplir con la debida responsabilidad  e  independencia; b) Exista una real  división de poderes tanto funcional  como  territorial y c) Se respete la alternancia y renovación de los mandatos en los distintos funciones;

 

  1. El respeto por la Constitución y la erradicación de la partidocracia, coadyuvará a enriquecer un buen sistema federal descentralizado del predominio y hegemonía del gobierno nacional.

 

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LA REFORMA REPRESENTATIVA exige contar con una dirigencia comprometida con el país y su pueblo y que cada uno de sus representantes y dirigentes se deban realmente a sus electores.

 

  • Si hay una mala dirigencia es porque la selección es deficiente
  • Hoy los representantes sólo responden a quienes los incluyeron en las listas, y a ellos subordinan las lealtades que deberían tener exclusivamente con sus representados anulando su  independencia de criterio.
  • Los dirigentes políticos actúan en interés particular y del partido. Ningún ejemplo es mejor que el Pacto de Olivos de 1994.

 

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¿CÓMO INSTRUMENTAR EL SUEÑO?

 

RESPECTO DEL SISTEMA REPRESENTATIVO:

 

  • Senadores que representen a los gobiernos provinciales – solo 2
  • Diputados:
    • Distritos uninominales: Elección directa de los órganos deliberativos de las unidades políticas menores. Solo modificables a diez años vista para evitar el diseño político de las jurisdicciones.
    • Elección en cascada. Los “concejales” eligen a los diputados provinciales.
    • 100 á 120 diputados nacionales. (1 c/ 400.000 hab.). Elegidos por los diputados  provinciales cuando cesa el mandato por cualquier causa sin necesidad de una elección general.

 

  • Una legislatura unicameral (senadores + diputados).
    • 60% de los países tiene legislaturas unicamerales
    • 40 % bicameral
      • 20 % según castas
      • 20% por ser federales (Representan a los estados y al pueblo)

 

 

  • Rol de los partidos.

 

  • Que solo tengan la personería de las simples asociaciones amparadas en el derecho natural de asociarse con fines útiles.

 

  • Tratándose de “partidos” o candidaturas con ámbito territorial reducido, no necesitan tener financiamiento del Estado.

 

  • Concentren la oferta de candidatos en las pequeñas circunscripciones que son de las que deben surgir los legisladores locales

 

  • Dejan de tener al monopolio de las candidaturas

 

  • En el orden provincial o nacional les cabe la elaboración de las doctrinas.

 

 

  • Presidente:
    • Colegio electoral (La misma Legislatura)

 

  • Seis años sin reelecciones para evitar que se gobierne para la reelección y se utilizan medios del estado. Con la experiencia Perón y Kirchner, parientes inhabilitados. Se incrementa la corrupción “para fines superiores” y se distrae tiempo para gobernar. (Razón del Jefe de Gabinete)

 

  • Elegido al vencimiento del mandado o momento de la vacante

 

Poder judicial:

 

  • Consejo de Magistratura independiente del poder político.
  • Democratización tributaria.

 

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RESPECTO DEL  SISTEMA FEDERAL

 

La Constitución  ha previsto:

Facultades expresamente  delegadas

  • Defensa Común
  • Relaciones Exteriores
  • Moneda común

Competencias superpuestas (desequilibrios económicos) abuso y discrecionalidad.

 

        La deformación que existe sobre el sistema federal implica una suerte de intervención en los gobiernos provinciales limitando sus autonomías políticas mediante la regulación de sus recursos (autarquía financiera), restringiendo de ese modo los derechos de los estados provinciales,  constituyentes de la Nación, transformándolos en dependientes.

La partidocracia, ha generado la dependencia de los representantes del interior un “Gran Partido Nacional” y a la hora de votar en el Congreso por los derechos de las provincias han  privilegiado el interés partidario, especialmente en el ámbito de aprobar impuestos y su distribución, cada vez más “nacionales” y menos “provinciales “  y coparticipables

Es muy difícil tener un buen federalismo  cuando en un país el gobierno federal, instituido por las provincias, monopoliza la asignación de los recursos, cercenando la autonomía de esas mismas provincias.

Por otro lado el federalismo es una forma de distribuir el poder de modo que no todo recaiga en una sola persona o gobierno, siendo un antídoto que limita el autoritarismo.

 

En concreto hemos optado por el sistema federal de gobierno que implica que varios estados se federan para conformar uno mayor. En nuestro caso las provincias se reservaron la mayoría de los derechos y delegaron en el nuevo estado federal ciertas funciones específicas, y lo hiceon bien porque la administración debe estar cerca de los administrados y porque de este modo se dificultan  las dictaduras, que necesitan de la omnipresencia.

 

Por otro lado, conceptualmente es importante dar cabida al principio de subsidiariedad que en el orden natural debe prevalecer en favor de las sociedades menores. Este principio  privilegia a la familia y a los municipios y comunas como primeros  responsables de la acción social y política y que solamente  debe ser suplida por el gobierno mayor cuando el servicio o la obra pública superan la capacidad y el interés local. Es un derecho natural que tiene el hombre y quienes lo rodean. Es un derecho a la libertad y la responsabilidad. La sociedad mayor solo debe recurrir en subsidio ante la impotencia de la sociedad menor para encarar  una empresa mayor.

 

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DOS ASPECTOS PARA TENER PRESENTE:

 

  1. El Crecimiento desproporcionado del Gobierno Federal

 

Gabinete de Urquiza y sucesivos hasta 1898:

Guerra y Marina SUSTANTIVAS
Relaciones Exteriores
Gobierno  (Interior) DE APOYO LOGÍSTICO
Hacienda
Justicia e

Instrucción Pública

¿DE  APOYO?
COMPETENCIA SUPERPUESTA  CON LAS PROVINCIAS

 

  • Luego Obras Públicas y Agricultura y Ganadería (corporativa)
  • 1943: Industria y Comercio y Trabajo y Previsión (ambas corporativas)
  • Perón 1946-55 llegó a tener 21 misterios y luego aparecen secretarías y subsecretarías.
  • En 1986 el PEN tenía 150 carteras.

 

  1. El Peso de la Provincia de Buenos Aires

 

Al  deterioro de las autonomías políticas y autarquía financiera de las provincias por el avance del poder central, y su influencia hegemónica, hay que sumar un factor: el desproporcionado peso que tiene la Provincia de Buenos Aires originado en circunstancias geográficas, a partir de una tierra fértil, de un gran territorio, de un clima benigno, del acceso al Río de la Plata, al Paraná y al mar; e históricas originadas a partir de la instalación del gobierno virreinal y del puerto de Buenos Aires en particular y  en lo que terminó siendo la Capital de la Confederación, todo lo cual dio  origen a un desarrollo de la Provincia, superior al de las restantes.

 

Hoy la provincia de Buenos Aires tiene  más de 15.000.000 de habitantes que representan más del 50 %  de los que tienen todas las otras provincias juntas  y un PBI por habitante más alto que el promedio de  aquellas.

 

Sus representantes en la Cámara de Diputados son más del 27 % del total de diputados a pesar que las provincias chicas, tienen una representación  mínima  de cinco.

 

Las desproporciones:

 

Prov. Bs. As. 15.000.000; Córdoba, Santa Fe, Capital, y otras 6  entre 3 y 1 millón y las 14 restantes promedian el medio millón. Imagínense un pueblo con un edificio 15 pisos, 6 casas de planta bajo y hasta 3 pisos y un rancherío

 

Existe bibliografía, como ya se dijo, sobre la conveniencia de que el administrador esté cerca de los administrados y éstos estén cerca del administrador. Su gestión sería más fácil de reconocer y la eficacia de la misma  tendrá gravitación al momento de votar. La municipalización de muchas acciones de gobierno la considero indiscutible para una nación moderna.

 

En el caso de la Provincia de Buenos Aires, con más de 130 partidos muestra un gobierno alejado de sus administrados, conteniendo regiones de distintas características.

 

¿CÓMO INSTRUMENTAR EL SUEÑO FEDERAL?

 

  1. RESTITUIR A LAS PROVINCIAS LAS FUNCIONES NO DELEGADAS CON SUS RECURSOS
    1. Educación, Salud, Vivienda, Previsión, Trabajo, Obras y Serv. Públicos, etc…
    2. El gabinete nacional solo estaría integrado por carteras de
  • Defensa
  • RREE
  • Hacienda
  • Interior
    • Relaciones con el Poder Legislativo
    • Relaciones con el Poder Judicial
    • Relaciones con las provincias (en los ámbitos institucionales y materiales, tales como obras grandes obras públicas que excedan las posibilidades de un consorcio regional)

 

  1. SUBDIVIDIR LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

 

La subdivisión de la Provincia de Buenos Aires en siete provincias autónomas, denotaría un mayor equilibrio del país federal y para los ciudadanos de la actual  Provincia de Buenos Aires, se lograría  una mejor administración. La relación costo-beneficio que implicaría la creación de los nuevos gobiernos (que deberían ser proporcionales a las nuevas subdivisiones con una reducción de la actual burocracia) terminaría siendo muy positiva.

 

Una  opción sería:

 

3 provincias urbanas: San Martín (San Martín); Dorrego (San Justo) y Brown(Avellaneda o Lomas de Zamora) con 3millones  de habitantes c/u, (población similar a la de  la CABA, Córdoba y Santa Fe), y

 

4 rurales: Belgrano (Junín), Dardo Rocha (La Plata), Pueyrredón (Mar del Plata) y Roca (Bahía Blanca, con su diario NUEVA PROVINCIA) con 1,5 MM de hab. c/u), similares a Chaco, Entre Ríos, Mendoza,  Misiones, Salta y Tucumán.

 

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En resumen:

  • División de poderes funcional y territorial e independencia entre los mismos.

 

  • Tener una república sin súbditos, implica contar con una justicia independiente, sana y ágil.

 

  • La alternancia en los cargos es una condición indispensable.

 

La falta de una clara división de poderes, la inseguridad jurídica y la permanencia en el poder, destruyen una república

 

La decadencia de las FORMAS REPRESENTATIVA y FEDERAL es afín a un  “CLIENTELISTA DEMAGÓGICO” que cuestiona la vigencia del CONSTITUCIONALISMO, fundamento de la FORMA REPUBLICANA, a la que considera un mecanismo conservador y capitalista que límita al avance de aquellas políticas populistas que se han dado a llamar  PROGRESISTAS.

Si diseñáramos  el nuevo sistema para aplicar,  esta reforma podrá ser disfrutada por las nuevas generaciones y los políticos de hoy serán los “próceres de mañana.

[1] .  Mora y Araujo – Perfil   10-02-2013- “El auge de la política sin partidos”.

[2] .  Perfil,   04/08/2013

[3] . Eva Perón  – “La Razón de mi Vida”

 

[4] . Luis Rappoport,  – “La Nación  25-7-2013”

[5] . Héctor A. Mairal