Por Dr. Daniel Cassola
Los riñones son considerados los químicos de nuestro cuerpo. Excretan agua, pero también la conservan. Eliminan a través de la orina todos los productos del desdoblamiento de los alimentos que pueden ser potencialmente nocivos antes de que alcancen niveles tóxicos. También devuelven a la sangre agua, glucosa, sal, potasio y otras muchas sustancias vitales en las proporciones adecuadas para mantener el medio interno estable a pesar de las variaciones de clima, dieta y otros factores externos.
El objetivo es alertar sobre la insuficiencia renal aguda, una de las principales causas de los trasplantes de riñón, de los que en Argentina se realizan alrededor de 1000 al año. La difusión y la elaboración de campañas sobre prevención de la patología renal es realmente una inversión muy redituable a futuro. No solo mejora la vida de los potenciales enfermos sino que libera al sistema de salud del trasplante o el servicio de diálisis. Ambas situaciones resultan muy onerosas económicamente y, por lo general, irreversibles para el paciente. Es difícil que alguien que inicia una terapia de diálisis pueda volver a tener riñones funcionales sin un trasplante. Por ello es tan importante tratar de evitar llegar a estos estadíos.
Como para la prevención de otras patologías, las principales medidas para conservar la salud renal tienen que ver con los hábitos de vida. No fumar, hacer ejercicio físico, alimentarse sanamente, controlar el peso y la glucosa en sangre además de la presión arterial son medidas ya básicas que tenemos que incorporar a nuestra vida. Por otra parte podemos resaltar otros cuidados específicos que debemos tener:
- Controlar periódicamente la función renal ante factores de riesgo. Las personas con hipertensión arterial, diabetes, obesidad, con enfermedad cardiovascular, con antecedentes en su familia de enfermedad renal crónica, o que hayan superado los 65 años deben controlar periódicamente sus valores de creatinina y proteinuria.
- No tomar medicamentos sin consulta previa. Atención con la sobremedicación: se sabe que muchos antiinflamatorios no esteroides (como el conocido ibuprofeno, diclofenac y aspirina) pueden afectar a los riñones cuando son consumidos muy asiduamente. Las personas que sufren de dolor crónico por problemas óseos o articulares, por ejemplo, conviene que consulten a su médico para evaluar otras alternativas.
Por último es importante recalcar una vez más la importancia de un diagnóstico temprano. Los trasplantes y la diálisis también se pueden evitar si una patología se diagnostica y trata a tiempo.
Los especialistas calculan que alrededor de 3 millones de argentinos, más del 5 por ciento de la población, sufren alguna patología renal. Más grave que estar enfermo es estar enfermo y no saberlo. La mayoría de los 3 millones de argentinos que tienen patología renal desconocen su condición.